Ayer murieron de hambre en el mundo 20.000 personas, hoy otras 20.000 y así todos los días. Terrible pero cierto. Es más, 800 millones de seres humamos no tienen acceso a la comida suficiente para alimentarse; 1100 millones de personas sobreviven con menos de 1 euro diario, 1200 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Vivimos aún en un mundo profundamente injusto donde el 10% de la población mundial disfruta del 70% de las riquezas del planeta. Erradicar la pobreza no sólo procuraría vida y dignidad a todos los hombres y mujeres del mundo sino también su tranquilidad. Porque luchar contra la pobreza es luchar por la paz, el diálogo y la solidaridad entre los pueblos, y eso genera prosperidad equilibrada. En nuestra mano está rebelarnos con más hechos.